La flor cadáver (Rafflesia arnoldii), gigante pero efímera.
La flor de esta planta parásita, característica de los bosques húmedos de Indonesia y las selvas del sudeste asiático, puede llegar a medir un metro de diámetro y pesar once kilos, por lo que se la considera la flor más grande del planeta.
Además, también resulta muy interesante por su habilidad para desprender un olor muy similar al de la carne putrefacta, que enseguida atrae a los insectos que llevarán a cabo su polinización.
Sin duda es una maniobra muy inteligente, aunque no puede disfrutarla mucho tiempo, puesto que, una vez florecida, sólo permanecerá abierta una semana.
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